Mi viaje a Córdoba

Bueno, como os prometí, aquí os traigo la historia de mi viaje a Córdoba.

Álvaro quería salir de casa a las 7 de la mañana. Salimos a las 10, y menos mal que fue el cambio de hora.

Íbamos a quedarnos en casa de un amigo que vive ahí, así que para allá que fuimos. El trayecto transcurrió con normalidad: esta vez no atropellamos a ningún gato. Hicimos una parada a mitad de camino en la típica cafetería de carretera con camioneros y discos de Camela. Me comí un bocadillo de jamón serrano que estaba malísimo: el pan blanduncho y el jamón… bueno, yo creo que no era jamón.

Llegamos a Córdoba a las 14, y después de un rato buscando la casa de este chico al fin la encontramos y nos preparo unos tallarines buenísimos ^^, que compensaron el horrible bocadillo de jamón. Todavía no habíamos visto nada de Córdoba y cuando quisimos salir ya se nos hicieron las 16:30.

Vimos el casco antiguo, por la calle de los Judíos, la Sinagoga y el Zoco. Seguimos andando por la zona antigua, que estaba llena de tiendas de recuerdos y joyerías. Me compre una pulserita preciosa ^^. Pero cuando llegamos a la Mezquita para verla ya no hacían visitas u.u. Además, como era domingo la mayoría de las cosas no abrían por la tarde. Andamos mas (nos hartamos de andar) y vimos un par de teterías: como era la hora de la merienda quisimos entrar en una de ellas, pero estaban todas hasta arriba y tampoco fuimos a ninguna. Había carros tirados por caballos, pero nos salía muy caro y tampoco montamos.

Total: se nos hizo de noche y no habíamos visto nada, así que yo estaba de morros. Quisimos ir de tapas y también estaba todo cerrado, así que terminamos cenando en el Telepizza: comida típica cordobesa donde las haya.

Nos fuimos a casa de nuestro anfitrión y jugamos a un “emocionante” juego que se llama Rummikub, no sé si alguno lo conocerá.

Vinieron algunos amigos de este chico y nos estuvimos hasta las tantas hablando. Bueno, técnicamente, los chicos y yo hablando de política y el resto de las chicas se quedaron dormidas ¬¬ Se fueron a las 2, y al día siguiente queríamos levantarnos a las 9. Esta vez más o menos lo conseguimos.

Tocaba verlo todo por la mañana, porque al ser festivo no abrían nada por la tarde, igual que el día anterior. Fuimos directos a la Mezquita, pero no había visitas (otra vez ¬¬) porque había misas. Las teterías también estaban cerradas. Por lo menos vimos el Alcázar de los Reyes Cristianos, que era súper bonito ^^ con unos jardines preciosos. Muy recomendable.

Fuimos a comer a un bar de menú del día, esperando comer algo mas andaluz, así que de primero me comí un salmorejo (que para los que no sepan que es, es parecido al gazpacho, muy rico) y unos huevos con patatas y jamón serrano. Estaba todo muy bueno, y era muy barato (¡4,50€ todo el menú!), pero el flan de postre estaba malísimo.

Ya que no podíamos ir a ninguna tetería (se ponía todo en nuestra contra), nos tomamos un té en la casa de nuestro anfitrión. Era te del Mercadona, pero bueno, algo es algo.

Fuimos (otra vez) a la Mezquita. Eran las 17:30. Cerraban a las 18:00 y ya no hacían pases. U.U Así que fuimos tranquilamente a comer un helado (de yogur griego y miel, súper rico ^^) y a pasear por Córdoba, en plan tranquilo.

Y no hicimos más. Nos tragamos otras cuatro horas de viaje en coche y llegamos a la una a Madrid. Llagamos muy cansados después de dos viajes de cuatro horas en dos días consecutivos. Y no vimos la dichosa Mezquita ¬¬. Álvaro dice que así ya tenemos excusa para volver a Córdoba.

En fin, y este ha sido mi (desastroso) viaje a Córdoba.

¡Sed felices!