sábado, 31 de julio de 2010

Ciencia y religión, otra opinión, por Álvaro

¡Hola de nuevo!

Hoy os traigo una nueva opinión sobre la religión y su relación con la ciencia. Por Álvaro, esta vez. Espero que os guste:

El caso es que una de las hipótesis sociales más interesantes que he oído es que gracias al cristianismo y al catolicismo, nuestra sociedad avanzó más que ninguna otra sociedad en los temas de ciencias sociales, artísticas y también en ciencias naturales. En general, se hace una fácil asociación entre los dogmaticos preceptos eclesiásticos y una rigidez de pensamiento que impide el avance y el progreso. Sin embargo tal y como la ciencia misma nos enseña siempre, las cosas no son nunca tan simples como aparentan.

Intentare pues dar una visión de cómo es posible que en el marco de una religión y una iglesia dogmatica, rígida e inquisitiva, surja todo lo contrario: Filosofía, ciencia y arte.

Para entender esto, hay que remontarse a ANTES de la inquisición. De hecho hay que remontarse casi hasta los comienzos del cristianismo y de la iglesia católica, un par de siglos o tres después de Jesucristo.

La situación histórica es tal que, después de la vida de Jesús, sus apóstoles y discípulos se diseminaron por el mundo, escribiendo cada uno su versión de lo sucedido en los evangelios y cristianizando todo el viejo mundo conocido. Cada uno con su versión, claro.

Una vez más, pasaron uno o dos siglos antes de que algunos escribas encontraran y tradujeran los manuscritos de estos discípulos. Y aun mas tarde es cuando fueron recopilándose, mezclándose con el antiguo testamento, y añadiéndose otros pasajes posteriores como el del Apocalipsis, hasta conseguir un tomo llamado “biblia”.

Por aquel entonces, la religión de Jesucristo se había expandido como un reguero de pólvora, mediante el boca a boca y a partir de fuentes originales distintas, lo que tuvo como consecuencia que desde sus mismos inicios no existiese UN cristianismo, sino muchas corrientes e interpretaciones.

Los romanos, que por aquel entonces dominaban el cotarro, persiguieron a los infieles sectarios cristianos, y sumado a las luchas internas de estos religiosos, surgió la necesidad del criterio unificado a través de una iglesia que determinara que era la interpretación correcta de la biblia. Así, las luchas internas terminarían y se podría hacer un frente común para luchar contra la opresión romana.

Pero a pesar de todo, nunca hubo consenso. Son innumerables los concilios (como el de trentos, nicea y sabe dios cuales mas) en los que los obispos de todas partes se juntaban a decidir asuntos trascendentes que no quedaban claros y sobre los cuales la iglesia central necesitaba tener una opinión concisa que ofrecer al mundo. Este es el verdadero nacimiento de la ciencia y del pensamiento occidental, e irónicamente nació en el seno mismo de la iglesia, que ahora parece la antítesis de la ciencia moderna.

¿Cómo es esto posible? Gracias al debate y la discordia. La biblia, como cumulo casi insensato y sin sentido de notas históricas, cartas y evangelios, puede interpretarse de mil maneras distintas, y al ser EL libro DIVINO, todas las respuestas del mundo debían poder encontrarse en el. Así pues, durante siglos, los cristianos han estado pegándose entre ellos para llegar a un consenso acerca de si dios, el espíritu santo y Jesucristo son en realidad un solo ser (santísima trinidad) o si no lo era, como concibió la virgen maría exactamente, porque dios echo a Adán y Eva del paraíso y en qué consistía el pecado original y muchas otras cosas.

Ya en épocas más recientes (alta edad media y renacimiento) se escindieron algunas de las sectas mayoritarias del cristianismo, como los luteranos, evangelistas, anglicanos, y cientos más. Lutero sentó un caso sin precedentes: Se presento ante la catedral de nosedonde en suiza y clavo sus ideas anotadas en la puerta principal de la iglesia. Ideas que se enfrentaban directamente con la doctrina central de la iglesia y representaban la máxima herejía imaginable.

Lutero, siguiendo la tradición cristiana e insatisfecho con la opresión de la iglesia católica (en forma de brutales impuestos, etc.) dijo que dios había escrito la biblia para que cada persona pudiese interpretarla a su manera y tener acceso directo a dios, y que la iglesia católica, como institución, no tenía autoridad para decir que era lo que podía interpretarse y que no.
Y entonces se lio parda. Los españoles, tontos de nosotros, fuimos casi los únicos que nos pusimos seriamente de parte de la iglesia y fuimos a perseguir herejes por toda Europa. Esto lógicamente llevo a la dinámica de diferenciarnos cada vez más radicalmente de estos peligrosos librepensadores y fue el motivo de la aparición de la inquisición y el aislamiento del imperio español del siglo de oro.

Pero una vez más, no debemos confundirnos. Incluso en la horrible represión que asoló España con la inquisición y los radicalismos de los luteranos quemando miles de supuestas brujas y herejes en Europa, fomentó indiscutiblemente la aparición de ideas nuevas y distintas, fomento la discusión, la toma de posiciones y el enfrentamiento. Ingredientes necesarios indudablemente para evitar el estancamiento y evolucionar socialmente (aunque violentamente).

El pilar fundamental del cristianismo siempre fue el de cuestionarse el porqué de las cosas. Dios nos dio la biblia, pero, ¿qué coño nos quiso decir en realidad? Unos pensaban tal cosa, los otros tal otra, pero para imponerse había que contestar a la pregunta decisiva: ¿Por qué su razonamiento era el correcto, y no el de los rivales?

Para poder inventar estas excusas, había que ahondar en los conocimientos sobre las cosas. Había que diseccionar la realidad para entender la creación de dios y en base a ello luego argumentar barriendo para casa.

El razonamiento último cristiano es que “es la voluntad de dios” y con esa frase lapidaria podía defenderse CUALQUIER idea, por descabellada que fuera.

Y bueno, con el renacimiento surgieron las ciencias naturales, de donde finalmente surgirían las ciencias modernas. Todo gracias al cristianismo.

Para aquellos a los que esto les pueda resultar difícil de creer, basta con comparar la evolución de otras religiones, como la religión musulmana o las religiones orientales. En general, estas religiones basaban sus preceptos en la libre interpretación individual de la religión, no necesitando de ninguna institución central poderosa y por tanto no inmiscuyéndose necesariamente en política ni asuntos sociales. Es más, muchas de estas religiones lo que hacían (como también hacia en parte el cristianismo) es crear un marco legal y moral para la sociedad, de tal manera que eran unas pautas de conductas útiles para el pueblo y que no había necesidad por tanto ni de cuestionar ni de eliminar. Es notorio el caso de los musulmanes, punteros en medicina y matemáticas en la baja edad media, y que sin embargo quedaron irremediablemente estancados y apenas han evolucionado desde entonces. Desde luego no tanto como las sociedades occidentales y las variadísimas corrientes de pensamiento occidentales.

Bueno, espero que esta interesante discusión sirva para una mejor comprensión de nuestro pasado y de nuestros orígenes. A través del conocimiento podemos dejar de lado nuestro odio y pensar con más claridad y además nos damos cuenta de que las cosas nunca son o blancas o negras.

Esto no quita, en absoluto, que yo sea un firme defensor de que la ciencia verdadera, el Método Científico, debería estar siempre por encima de lo demás y guiar a nuestra sociedad, ya que quien comprende realmente la ciencia y el método científico sabrá que la ciencia solo busca el conocimiento y que el conocimiento en si solo redunda en el bien de la humanidad. El problema es cuando la ciencia se prostituye al servicio de otros fines como la opresión, destrucción, imperialismo y guerra.

Por todo ello, ¡Vivan las Ciencias Básicas! ¡Viva el conocimiento por el Conocimiento! Viva Mendel!

Por Álvaro Vallvé

1 comentario:

Gabriel Cruz dijo...

Vaya que ha redactado todo un ensayo sobre el tema :P