martes, 6 de julio de 2010

Rebajas 2ª Parte

Hoy me toca analizar el fenómeno de las rebajas desde el punto de vista del vendedor.

En nuestra tienda de zapatos en época de rebajas lo que hacemos es sacar toooooodos los zapatos (derechos) que nos quedan. Eso supone mucho trabajo. Una semana antes de que empiecen oficialmente las rebajas empezamos a prepararlas.

Me tienes en el almacén con un taco de hojas en la mano. Esas hojas tienen las pegatinas que hay que poner en los zapatos con el precio de antes y de después. Ordenadas por referencia. Los zapatos en sí no están ordenados por referencia así que el procedimiento es el siguiente: coges un zapato, sacas el derecho, buscas la referencia, le pegas la pegatina. Interesante, ¿verdad? Pues eso con todos los zapatos en todas las tallas.

El almacén se llena de zapatos derechos. Luego hay que guardar los izquierdos que hay en exposición en la tienda y etiquetar los derechos. Y cambiar el escaparate. Luego es hora de subir los derechos que habíamos sacado y que están en el almacén. Los colocamos entonces por talla, de modo que están todos los zapatos que quedan en su talla.

Eso nos ahorra trabajo después.

Primer día de rebajas. En seguida tenemos una cola de señoras en la puerta, buscando gangas como aves rapaces. Lo descolocan todo. Tanto tiempo de trabajo para que hagan eso. Y te pasas el día detrás de ellas colocándolo. Y parece mentira que lleven años viniendo a la tienda y todavía no se sepan el mecanismo.

Se te acercan con un zapato de la talla 35 en la mano:
-¿Tienes este en un 40?
-Señora, (hostia puta ya) ¡ya le he dicho que si no está colocado en su número es que no queda!

Coño, ¿para qué me paso una semana sacando zapatos y colocándolos en su número si luego no me hacen ni puto caso? O me desordenan los zapatos: cogen un zapato de una talla y se lo llevan a otra. No lo entiendo, juro que no lo entiendo. ¿Tan difícil es ir donde están todos los zapatos que quedan su número y ya de ahí ver cuál te gusta, cual no, cual te queda bien y cual no?

Lo más divertido es cuando consiguen ver una ganga: ¡un zapato que antes estaba a 70 y ahora está a 10! Y se lanzan como locas a por él. Da igual que sea 3 números menos y que no puedan dar un paso, ¡no pueden dejar pasar esa oportunidad! Y se lo llevan, ¿eh? Que si no se lo ponen ellas, se lo dan a la madre, a la hermana, a una amiga, o a la vecina del quinto. El caso es llevárselo. Y no solo son así las mujeres, los hombres también lo hacen.

Lo que hacen las rebajas. Se vuelven locas, todas locas.

Edito: además siempre el pie que tienen malo y el que se tienen que probar, es (adivinad) el izquierdo. ¡Qué tocapelotas pueden ser!

2 comentarios:

Gabriel Cruz dijo...

jejejejeje bueno, veo que eso de que la gente no lee pasa en todo el mundo, chistoso.
Buena la imagen, siempre que hay baratas u ofertas me da miedo siquiera acercarme a una tienda, es como correr el riesgo de tomar algo que te guste y que alguien te corte la mano por haber tomado lo que él quería, jajajajajaja. Sí, seré aburrido al respecto pero prefiero pagar esos pesos extras que verme pisoteado por mil tíos que quieren el mismo producto que yo, jajajajaja...
Y es cierto, las ofertas enloquecen no solo a las chavas, también a nosotros :D

Teté dijo...

Si, tienes razon, casi mejor pagar mas: si a las rebajas llega lo que nadie quiere! Lo bueno se lo llevan antes de que empiecen las rebajas. Pero bueno, deseame suerte para las proximas semanas...