Son las 10 en punto de la noche del 26 de abril de 2010.
Acabo de llegar a casa después de un inusual duro día de trabajo. Parece ser que ahora que realmente ha empezado el buen tiempo, todas las señoras han decidido venir a comprar zapatos de verano. TODAS. A la vez. Ha sido horrible. Sobre todo si piensas que las dos ultimas semanas hemos ido a trabajar para comernos los mocos, porque no entraba nadie.
Por la mañana he estado en la uni y no ha sido mejor: la semana tengo que entregar un trabajo para una asignatura y un parcial de otra. Me surge una pregunta ya muy conocida: ¿y de donde saco yo el tiempo? Me estreso. Solo me queda "la opción". La única opción: faltar a clase para poder estudiar. Es lo mas estúpido, pero aprovecho mejor el tiempo así. Ya lo lamentare en los finales, para los que también me tengo que poner a estudiar como que ya. Me parece que me voy a ir despidiendo de los profesores, y hacer todo lo posible para no verlos el año que viene...
Y la semana que viene también tengo el día de la madre y el cumpleaños de mi novio: tengo la suerte de haberle comprado ya el regalo a mi novio (bendito Internet): un balneario muy chulo.
Pero lo del día de la madre ya es otra historia: ¿le regalo zapatos... otra vez? Es que mi tienda es la única que veo a lo largo de la semana... Y encima me ha llamado hoy:
Mama de Teté (M): ¿quedamos para comer el domingo?
Teté (T): si, claro, ¿por que no?
M: es que es el día de la madre, y tal, por si no te habías acordado...
Que irónica es la jodía! Si, mama, si se que es el día de la madre, y no me lo recuerdes mas o te esperan unos zapatos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario